lunes, 19 de abril de 2010

Javier Mascherano : Palabra de Capitan














“En mi equipo juegan Mascherano y diez más”. La frase, perteneciente a Diego Armando Maradona en su primera conferencia de prensa como seleccionador, grafica a la perfección la importancia del joven volante santafesino en el conjunto argentino.

Javier Mascherano, actualmente en el Liverpool inglés, viste la camiseta albiceleste hace ya siete años y es todo un referente pese a sus 26 años de edad. Tanto que será el capitán del equipo que se prepara para viajar a competir en la Copa Mundial de la FIFA Sudáfrica 2010.

Mientras cuenta los días que restan para el gran debut, el argentino dialogó en exclusiva con FIFA.com. La responsabilidad en su rol de capitán, el presente de Lionel Messi, las opciones del equipo de Maradona y un anhelo: “Devolver a Argentina a lo más alto”.

Javier, ya lleva un tiempo prolongado en el Liverpool. ¿Cómo se siente?
La verdad que espectacular, no me canso de repetirlo: siempre me han tratado de forma excelente. Desde el primer día, tanto a mí como a mi familia, no podemos quejarnos. Y Liverpool es una ciudad muy linda y pequeña, con gran crecimiento.

¿Qué es lo que más disfruta de la ciudad?
¡Jugar al fútbol, desde ya! (risas) Es una ciudad portuaria, con gente muy trabajadora que ha crecido mucho en los últimos años. Si tuviera que recomendar algún lugar para los visitantes, señalaría los más turísticos: el museo de los Beatles, Anfield… es muy linda ciudad.

Se lo nota adaptado, ¿extraña Argentina?
Claro que sí, ya me fui hace cinco años. Uno siempre extraña, el desarraigo da nostalgia. Pero me he ido acostumbrando. Eso sí: cuando se conoce el calendario, lo primero que hago es fijarme cuándo termina el torneo para ir reservando pasajes.

¿Analiza la posibilidad de retornar o le queda un largo período en Europa?
Uno nunca sabe, no quiero quedar preso de mis palabras. Pero no crean que me queda tanto tiempo, ¿eh? En mi cabeza hoy pasa por jugar tres o cuatro años como máximo y volver a mi país en buen nivel. Quiero disfrutar del fútbol argentino por otros cuatro o cinco años. Me gustaría hacerlo en River, el club que me brindó todo y donde me trataron de forma espectacular.

Hablemos del vestuario del Liverpool, donde hay varios españoles y argentinos. ¿Quién habla mejor inglés?
¡Ja! El entrenador, lógicamente: ha estado aquí bastante tiempo y es el que mayor obligación tiene de comunicarse en inglés. Entre los jugadores, Pepe (Reina) es el que más se anima… Entre nosotros hablamos en español, pero en el vestuario o el almuerzo, por una cuestión de respeto, lo hacemos en inglés.

¿Y quién es el que peor habla?
¡Maxi Rodríguez! (risas) Pobre, recién llegó hace dos meses y está esforzándose, pero no es sencillo. De todos modos, ahí estamos todos para darle una mano en todo lo que se pueda.

Fernando Torres está en un gran nivel últimamente. ¿Qué podemos esperar de él en Sudáfrica?
Está volviendo en un gran nivel y recuperándose desde lo físico, que es clave para él. Ha marcado goles y nos ayuda a todos como equipo. Si sigue por este camino y está bien, hará un gran Mundial.

Lo sacamos del Liverpool y lo llevamos al seleccionado. ¿Le sorprende el cambio drástico en las expectativas de los argentinos luego del triunfo ante Alemania?
No, para nada. Vivimos un fútbol exitista, donde ganar o perder te convierte en el mejor o el peor de todos. Pero no es una cosa ni la otra… nosotros tenemos grandes jugadores que están atravesando un momento espectacular. El desafío pasará por trasladar eso a la selección, algo que no hicimos en la eliminatoria.

Suele decirse que es mejor no llegar como favorito. ¿Es así realmente?
A la larga, más allá de los pronósticos, lo que importa es lo que se haga en el mes de competencia. Podría pensarse que España y Brasil están un paso por encima del resto, ya que han conseguido títulos en el último par de años. Pero la experiencia me dice que el Mundial lo gana el que juega de menor a mayor, y no tanto el que más brilla. Italia no deslumbró en 2006, Brasil tuvo incertidumbres en 2002 y Francia necesitó un gol de oro ante Paraguay en 1998… hay que esperar y ver.

Está lejos de ser un jugador individualista, pero su carrera está llena de reconocimientos personales. ¿Cómo se explica?
No puedo negar que uno trabaja para ser cada día mejor, aunque por mi posición y características, no puedo buscar premios individuales. Lo mío es destacarme en lo que me toca y ayudar al equipo, nada más. Pero cuando me levanto cada mañana, sé que tengo que dejar todo para crecer aún más.

¿Le incomodan tantos elogios?
El reconocimiento me llena de orgullo, sobre todo si llega de parte de entrenadores que trabajaron conmigo. Eso marca que soy un buen profesional, con altos y bajos como todo el mundo. Aunque sí, me genera pudor. Sobre todo cuando viene de alguien importante…

Diego Maradona lo nombró capitán en su primera aparición pública como seleccionador. ¿Qué le genera dicho reconocimiento?
Y… (piensa) Lo lógico sería decir que no cambia nada, pero la verdad es que ser el capitán de tu país es un orgullo enorme. Y conlleva un gran desafío: hay que estar a la altura de las circunstancias. De todos modos, creo estar preparado. Ya jugué un Mundial y estoy más maduro.

¿Hay algo que haya aprendido en Alemania 2006 que pueda servirle en Sudáfrica?
El roce internacional. Hace cuatro años todavía jugaba en Sudamérica y nunca me había enfrentado con un (Didier) Drogba o un (Michael) Ballack. Ahora llevo cuatro años enfrentando a los mejores todos los fines de semana, y eso te permite salir a la cancha en un Mundial sabiendo que vas a tomar más decisiones correctas.

¿Qué otro volante central admira?
Mi espejo fue siempre Claude Makelele. Es difícil de explicar los motivos: no es que me quisiera parecer a él cuando lo veía, pero siempre me dio la sensación de que él siente y piensa el fútbol igual que yo. Luego pude enfrentarlo varias veces y, a decir verdad, ¡cada vez me parecía más crack! Pero hay otros: cuando era sparring de la selección veía mucho a (Matías) Almeyda y (Diego) Simeone. Leonardo Astrada también me enseñó mucho.

Lionel Messi sigue deslumbrando al mundo con el Barcelona. ¿Qué pueden hacer ustedes, como compañeros, para ayudarlo a rendir de la misma forma en la selección?
¡Estar todos a nuestro nivel habitual! Ninguno de nosotros jugó como puede durante las eliminatorias, pero le han caído a Messi porque siempre se espera que haga algo distinto. No es justo, deberían haber criticado a 18 o 20 jugadores. Yo le he visto grandes partidos en la selección, como en la Copa América y los Juegos Olímpicos.

¿Qué situación personal se recriminaría en la eliminatoria? ¿El gol de Perú en el Monumental?
Absolutamente, ese es un buen ejemplo de lo que dije. Quise despejar el balón para hacerlo rebotar en el rival y que salga afuera, pero quedó dentro y llegó el empate. Fue uno de los errores más groseros que cometí y todavía hoy no entiendo cómo sucedió. Me acompañará en mi cabeza durante toda mi carrera, aunque me ha dejado una gran enseñanza.

En una entrevista reciente, Maradona nos manifestó que usted no soltará el trofeo en Sudáfrica, tal como le pasó a él luego de ganar el título en México. ¿Se imagina algo así?
¡Ojalá, Dios quiera! Pero no por el ego personal, ¿eh? Me da igual quién lo levante. Lo importante es volver a ganar algo para el país. No hay absolutamente nada comparable a eso.

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